lunes, 31 de enero de 2011

Érase una vez...

Acabo de leerme un par de noticias del periódico El País en su edición de internet.

El enlace en cuestión es éste.

http://www.elpais.com/articulo/espana/sueldo/jornada/laboral/alimentaron/protesta/elpepunac/20101205elpepinac_22/Tes

Sé que es un enlace que todavía mantienen en la página del periódico, relacionado con una noticia de hoy, aunque la noticia sea del 5 de diciembre.

Es increíble cómo se manipula la información, cómo se intenta vender humo, cómo se ofrece una visión que tiene de imparcial lo mismo que de verídica. Nada.

Gran lección de periodismo objetivo, neutral, intentando ofrecer la versión de las dos partes. Por los cojones. Aunque en éste caso, sí dan las dos versiones. La versión del " Fomento Salvador" y la del "Controlador avaricioso". Nada más lejos de la realidad.

Y si después véis el "tira y afloja" del conflicto, es para mearse de risa. Con perlas, como por ejemplo, cuando dice que SENASA, dependiente de Fomento, convoca 300 plazas de controlador y USCA denuncia a AENA.

En fin, que cada vez que leo una de estas apologías hacia Fomento, se me levantan hasta las uñas de los pies.

Confiemos en que Manuel Pimentel resuelva el problema de la manera menos traumática posible para los controladores, porque visto lo visto, no van a ser los ganadores de este choque. Y por muy neutral que parezca Pimentel, siempre está la mano que mece la cuna por detrás...

Y, cambiando de tema, aunque no de estado de humor...

Ayer volví de pasar un fin de semana en Pisa con mi novia. Cuando estábamos en el aeropuerto, esperando la salida del vuelo. Nos tomamos un café en el bar que hay tras el control de seguridad. Buenísimo, por cierto. Un cortado o "machiatto" como lo llaman los italianos. En la vitrina del Bar, cantidad de dulces típicos de la región, una gran variedad de bocadillos típicos toscanos, incluso una sección de pizzería, en la que hacen unas pizzas que he probado otras veces y están estupendas. Dos cafés y una botella de agua de la marca San Benedetto. 3,30 Euros en total. Un euro por café, 1,30 por el agua (500 ml).
Junto al bar, hay varios negocios, tiendas, de productos típicos italianos: pastas, quesos, jamón, salamis, vino, etc.

Y comentaba con mi novia lo bueno que estaba el café, que estaba exquisito. Que un café como el que tomas en cualquier bar de Italia, no lo encuentras en otro sitio. Que incluso en un aeropuerto, en zona ya de las puertas de embarque, te puedes tomar un café italiano a un precio similar al que pagarías fuera del aeropuerto. En el que puedes tomarte un "panino" o una pizza por el mismo precio. Un aeropuerto en el que se venden productos toscanos, se vende agua italiana, se venden patatas fritas de la marca "Cric Croc", italianas. El vino, toscano. Los dulces, hechos artesanalmente ahí mismo. Al igual que las pizzas.

Las instalaciones del aeropuerto son, digamos, antiguas. No creo que la última reforma la hicieran hace menos de 3 años. Pero operativamente les basta y les sobra con lo que tienen. Contando con que Pisa es un destino importante en Italia, ya que casi todo el turismo que llega a la zona de Toscana, con Firenze como punto principal, llega a través de éste aeropuerto, con conexiones incluso transoceánicas, con vuelos desde compañías "low cost", como chárter, compañías "de bandera" e incluso compañías no europeas. No ha hecho falta hacer un aeropuerto nuevo, ni construir una terminal nueva exageradamente grande, ni gastarse millones y millones de euros para que el aeorpuerto sea satisfactorio operativamente. Y además, la imagen comercial que proyecta es la de la región. Se respira "toscanidad" en ese aeropuerto.


Hay que ver lo distinto que es España en éste tema. Aunque ya lo comenté en otro post anterior, ayer volví a experimentar la pena que da volar desde los aeropuertos españoles. Cuando vuelas desde Málaga, un café te cuesta 1,80 euros, y te lo hace una máquina, no una cafetera de verdad. Te compras una coca cola por 2,80 euros. Una Heineken por 3 euros. Una botella de agua Vittel, 2,80 euros. Patatas fritas de la marca Walkers (inglesas). Sandwiches tipo inglés. Taberna irlandesa. Burguer King. Tiendas de Adidas, Bjorn Borg, negocios extranjeros. Lo único que hay en Málaga con sello "español" es una tienda de "Delicatessen" con productos como aceite, quesos, jamones, arroces y dulces a un precio que no compraría ni la Duquesa de Alba. Y algún que otro torito o gitana para poner encima de la tele. Y punto.

O cuando vuelas desde Girona, o Madrid, o Sevilla, desde cualquier aeropuerto. La sensación que te da es que ya no estás en España. Que has entrado en una puerta dimensional en la que te conviertes en un individuo que se encuentra en tierra de nadie, en un lugar que no sabes identificar, sin seña de identidad.

Y creo que lo que pasa en los aeropuertos es, simple y llanamente, lo que nos está pasando a los españoles, y a España. Perdiento la identidad. No sabemos mantener y apoyar lo nuestro. Nos vendemos a cualquiera que nos ofrezca un 1% más que los demás, aunque los demás sean tus vecinos. Nos quejamos de que nos invaden los ingleses y alemanes en la costa. Normal. En vez de "bombardearlos" con pescaito frito, paellas y productos nacionales, les montamos campos de golf, tabernas inglesas, restaurantes ingleses, supermercados ingleses con productos ingleses, instalamos su televisión por cable "SKY".


No veo yo que esto pase en Italia, ni en Francia, ni en otro país. Pero ya lo decía nuestro eslógan publicitario de hace años. Spain is different. ¡Vaya si lo es!

No hay comentarios:

Publicar un comentario