jueves, 16 de diciembre de 2010

Malos tiempos...

Ayer comentaba con mi novia las revueltas que han sucedido en Roma porque Berlusconi ha conseguido el voto de confianza para seguir en el gobierno italiano hasta el fin del mandato. Palizas, jovenes destrozando coches de la policía, acción contra el poder establecido.

Yo estoy en contra de la violencia, y no entiendo por qué hay que quemar contenedores, coches de policía y demás mobiliario urbano simplemente por el hecho de que no te guste un político. Las acciones violentas no son justificadas. De ninguna manera. O de los problemas con la subida de las tasas universitarias en el Reino Unido. Manifestaciones de miles de estudiantes (y algún que otro energúmeno) contra aquello que consideran injusto.

Pero hubo algo en aquellas revueltas que me hizo ver una cosa. Que ojalá en España hubiera éste tipo de reacciones (no de las violentas, sino de las sociales) cuando hay problemas.

Hemos asistido a una crisis mundial, bastante aguda en España. El paro ha aumentado hasta máximos históricos, los bancos y en especial las cajas de ahorros pasan por sus momentos más duros. Los impuestos, cada vez más altos. Los derechos laborales, cada vez menos. Precariedad laboral y salarial. Recorte de ayudas, recorte en todos los campos que de verdad podrían sacar al país adelante, como fomentar el trabajo entre la población joven, invertir en industria y en tecnología e investigación.

En éste país la única "protesta" que ha habido ante esta situación insostenible fue la "huelga" (¿¿¿???) "general" (¿¿¿???) de finales de Septiembre. Una huelga en la que la mayoría de huelguistas convocados, estuvo trabajando para no perder un día de trabajo.Una huelga con la que se logró lo que se logra siempre. NADA. Huelga en la que el empresario dijo "Si no vienes el día de la huelga, no te molestes en hacerlo los días siguientes". Una huelga en la que las reivindicaciones fueron CERO.

Bueno sí, que el gobierno siga haciendo más y más recortes, que siga presionando a los colectivos, y que ponga al pueblo mísero y miserable en contra de aquel que tiene "privilegios". El pueblo que jalea al gobierno, pueblo que imita al ciudadano romano de hace 2.000 años cuando señalaba hacia abajo con el pulgar en las gradas del Coliseo. Pueblo que quiere sangre, que caigan las cabezas opresoras de los controladores, que son los que han llevado al pueblo a su situación actual. Son malvados, "privilegiados", arrogantes. Todos esos calificativos y más, salían del pueblo y de boca de la clase política.

Nadie se ha parado a pensar el por qué se ha llegado a éste problema. Simplemente ven lo que quiere el gobierno.

El otro día sentí envidia de parte del pueblo italiano y del británico, que frente a una situación que no le gusta, se levantó y expresó su sentir. De manera violenta, sí, pero no podían dejar que eso les quemara por dentro y seguir aguantando lo que no quieren ni deben aguantar.

Nosotros, en España, somos capaces de criticar y desmontar a cualquier político, trabajador o lo que se tercie, ya sea nacional o extranjero. Nosotros somos Españoles. Tenemos más clase que nadie y somos categóricos a la hora de pronunciar juicios. Nosotros lo arreglamos todo, sí. En los bares. En las tertulias de café somos los más activistas.

Luego, a la hora de la verdad, cuando de verdad habría que parar un país por motivos que lo merecen, nos callamos como meretrices, encogemos el culo y a seguir tragando, que si no voy a la calle. Llega una huelga, y en vez de salir a manifestarse, en vez de parar la producción de fábricas para que sufra el empresario, en vez de dejar de ir a los colegios, en vez de parar trenes, autobuses, bancos, supermercados, somos capaces de agachar las orejas, meternos el rabo entre las piernas (u otro sitio peor) y seguir aguantando.

Nos rebelamos contra un grupo de 2.000 trabajadores que tienen unos "privilegios" que ninguna persona ha sido capaz de explicarlos claramente, con documentos . Nos rebelamos cuando escuchamos que alguien tiene más que nosotros. Nos rebelamos por envidia. Pura y dura. Preferiríamos que nos sacaran un ojo con tal de que al vecino le sacaran los dos.

El pueblo español solamente ha escuchado que los controladores cobran tanto. Nada más. Es lo único que interesa que oigan. Porque el gobierno lo sabe. El gobierno sabe que su pueblo, el que lo ha votado, es un pueblo egoista, envidioso, y no hay nada más fácil que enfrentarlo comparándolo con otros.

No veo yo que los españoles se levanten contra esos médicos de hospitales, que luego pasan consulta por la tarde en su casa, a precio de oro. Esos dentistas forrados hasta las muelas. Notarios que por una firmita te cobran 6.000 euros y se quedan tan panchos. Profesores de universidad que una vez obtienen la plaza se dedican a todo menos a dar clase, cualquier universitario sabe las ausencias del profesorado. Los registros de la propiedad, otra clase que se lleva bien el sueldo. Se lo han currado, sí. Pero, ¿acaso no son privilegiados? ¿Son justificados sus ingresos? ¿Quién fija esos precios?. También serían privilegiados los sindicalistas de la educación, liberados de dar clases, se decican a hacer absolutamente nada y siguen cobrando, o montando academias para preparar oposiciones, a sacar otro sueldo extra.

Y de las ilegalidades, tampoco hablamos. De los que no declaran todo lo que ganan. De la economía sumergida, del dinero en negro, de las subvenciones a parados que en realidad están trabajando sin estar dados de alta en la seguridad social. De eso no queremos quejarnos. No, porque eso no interesa. Al gobierno, por lo menos, no le interesa de momento.

Pero ésto que ha pasado con los controladores, estoy seguro de que sentará un precedente, y que no serán los últimos en sufrir el acoso del gobierno.

En fin, dejo mi ataque de ira por hoy, porque mañana, seguramente, me entrará otro y tendré que escribir. Es lo que pasa cuando tienes tanto tiempo libre y lees la prensa nacional.

Saludos y buenos vuelos!

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