La verdad es que en nuestro país existe un sentimiento general antipolítico muy extendido. O mejor dicho, apolítico. Cada día hay más gente que piensa “todos son iguales, no merece la pena votar a unos a otros, para lo que van a hacer, me quedo en mi casa y no voto”. Yo también actué así en el pasado.
Y, diciendo la verdad, todos son iguales. Sí. Pero no podemos quedarnos en casa viendo la tele o enchufados al ordenador en lugar de intentar votar para cambiar. No intento hacer campaña política para el partido X o Y o Z. La verdad es que aún sigo pensando que son todos iguales, pero no por eso voy a dejar que decidan otros por mi y por esa dejadez generalizada del votante joven tengamos que chuparnos otros tantos años con este gobierno que cada día nos sorprende con otra medida anticrisis de lo más pintoresca.
Utilizar el decreto ley para resolver problemas laborales y ni aún así resolverlos, eliminar las ayudas económicas a personas que de verdad la necesitan, subidas de impuestos como nunca las ha habido, niveles de paro que baten records, y pocas perspectivas de creación de empleo, prohibiciones de todo tipo (límite de velocidad, eliminar zonas de fumadores en locales y restaurantes lo suficientemente grandes). En fin, un conglomerado de factores que han convertido a éste gobierno en uno de los menos obreros, sociales y progresistas de los últimos 30 años.
Seguramente, y así espero, el cambio en la poltrona de Moncloa se produzca más temprano que tarde. La cosa es que el nuevo inquilino que la ocupe no me inspira confianza ninguna, no creo que cambie la cosa y todo sea de color de rosa después de las elecciones, porque sigo pensando que los políticos actuales son todos iguales. Todos cortados por la misma tijera, todos con buenas redes de seguridad como en los circos, redes de empresas, influencias y contactos que hacen que no les importe ser socialistas, populares, comunistas o mormones. Rajoy me parece un político sin inteligencia, sin ideas, y no lo veo como presidente de un país. Pero tampoco veo a ZP, a Blanco, Rubalcaba, Arenas, Llamazares o Rosa Díez. Ningún político de las altas esferas en España me parece honrado y preparado para realizar funciones de tan hondo calado.
¿Deberíamos pensar en provocar un cambio? No me refiero a uno como el que está sucediendo en el mundo islámico, rodeado de violencia. Me refiero a una iniciativa social, intentar establecer un nuevo orden, haciendo llegar nuestras peticiones al gobierno. Supongo que si los miles de personas que pensamos así nos pusiéramos de acuerdo para intentar generar un texto con los asuntos que nos preocupan, y con ayuda de las masas de jóvenes preocupados por la situación, tales como jóvenes abogados, médicos, doctores, profesores, en definitiva todo aquel que se sienta indignado con el modelo actual, podríamos quizá hacer un poco de presión. Me refiero a un movimiento grande, no a recoger firmas que luego quién sabe si llegarán a manos equivocadas.
Ya que no hay ningún político ni partido político que de verdad se preocupe por los verdaderos problemas del país, creo que nosotros, como futura generación no de gobernantes, sino de ciudadanos, deberíamos dar un paso al frente y hacerles ver a los políticos que su sistema no funciona.
Necesitamos una nueva clase de políticos, gente comprometida, con formación, que pase un proceso de selección para determinar sus capacidades, con sentido común, que sepan negociar y tratar los problemas.
Necesitamos que los políticos se dediquen exclusivamente a la política, que queden exentos de sus anteriores trabajos y que se dediquen exclusivamente a buscar ideas, soluciones, salidas para todos los problemas que acontecen en un país, y de la mejor manera posible.
Necesitamos que la educación mejore, que haya un sistema estable que no cambie según el color del partido que gobierna. Que los niños no pasen de curso si suspenden, que un CERO es un CERO y no es un trauma para un niño, que hay que motivar y ayudar con becas al que presenta mayor interés por el estudio.
Necesitamos un sistema sanitario de garantías, rápido, eficiente y al alcance de todos.
Necesitamos que haya una inspección de trabajo a todos los niveles, acabar con la economía sumergida en España, que es la que se está cargando el sistema económico español. Junto con una inspección de Hacienda que ponga a todo el mundo con las cuentas claras.
Necesitamos que se fomente el trabajo para jóvenes, la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías y promover nuevas ideas. No necesitamos que muchos jóvenes se tengan que marchar a otros países para poder investigar y desarrollar sus estudios.
Necesitamos control de inmigración. Solo hay que ver la calidad y cantidad de inmigrantes que se encuentran en nuestros país sin trabajo, sin casa y sin una actividad ni identidad conocidas, hay muchísimos trabajadores honrados y que aportan bastante a la sociedad, pero también hay otros que lo único que aportan es pobreza y delincuencia. Es verdad que los españoles fuimos emigrantes en su día (algunos de nosotros incluso hoy en día, y sé de lo que hablo). Pero si vas a un país nuevo y ni encuentras trabajo ni casa, ¿qué sentido tiene quedarse ahí? Se debería censar a todos los inmigrantes, ofrecerles la oportunidad de demostrar que pueden desempeñar un trabajo, y si en unos meses no encuentran nada, pues que vuelvan a su país.
Necesitamos estar menos aborregados, que las televisiones cambien, que haya programas de debate, que se subvencione la televisión educativa y formadora antes que la telebasura de corrillo y cotilleo, promover el diálogo constructivo para intentar enseñar a la gente en sus casas que hay otra manera de entretenerse y aprender.
Hay muchísimas otras cosas que necesitamos, pero os dejo a vosotros que comentéis y aportéis ideas, o si no queréis, por lo menos que reflexionéis y penséis qué podéis pedirle a los políticos cuando vayáis a los mítines.
Y ahora, tras mi estallido de ira semanal, toca desayuno, ducha y a trabajar!
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